Impacto mortal del calor en España este verano: más de 1.800 personas fallecidas
En este inusual y caluroso verano, el calor extremo ha cobrado la vida de más de 1.800 personas en España, según la Fundación para la Investigación de Clima (FIC). Aunque algunas estimaciones sugieren que la cifra podría ser aún mayor, el impacto del calor en el cuerpo va más allá de los golpes de calor, ya que el propio calor es un estrés para el organismo.
La aplicación «Mortalidad Atribuible en verano por Calor en España (MACE)», desarrollada por la FIC en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Valencia, brinda datos alarmantes sobre el impacto mortal del calor en el país.
De acuerdo con el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, desde el 1 de junio ha habido un total de 95.904 defunciones, de las cuales 1.834 son atribuibles a las altas temperaturas. Los datos más recientes muestran que el 12 de agosto hubo 79 muertes relacionadas con el calor, mientras que el 22 de agosto hubo 68. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos datos están sujetos a actualización y pueden haber un cierto retraso en su notificación.
A pesar de los esfuerzos por parte del MoMo, los investigadores detrás de MACE afirman que su metodología más actualizada ofrece una estimación estadística más precisa. Aunque la aplicación actualmente no tiene en cuenta las diferencias geográficas, los grupos de sexo y la edad en su cálculo de la mortalidad, se espera que en futuras versiones se incluyan estas variables para obtener resultados más completos.
MACE utiliza los datos de muertes observadas del MoMo y la temperatura promedio de España calculada por la Aemet para estimar que entre el 1 de junio y el 22 de agosto ha habido un total de 8.821 muertes relacionadas con el calor, de las cuales 3.034 ocurrieron en días de calor extremo. Agosto ha sido el mes más mortífero, con 10 días de calor extremo y 1.883 defunciones, seguido de julio con 5 días y 1.151 muertes. En junio no se registraron situaciones extremas.
Un punto crítico en el que la mortalidad se dispara es cuando la temperatura supera los 26,9 ºC. Este verano, la temperatura media ha sido de 24,5 ºC, pero en agosto ha alcanzado los 26,2 ºC y en julio los 25,3 ºC.
Sin embargo, aunque este verano ha sido extremo, no ha llegado a ser tan mortal como el de 2022, cuando hubo 28 días de calor extremo y un total de 8.815 muertes relacionadas. Es importante tener en cuenta que los golpes de calor representan solo entre el 2 y el 3 % de las causas de muerte debido a las altas temperaturas. Mayormente, el calor agrava patologías preexistentes, especialmente las cardiovasculares y respiratorias.
Un estudio sobre los efectos de las noches calurosas en la mortalidad en el sur de Europa reveló que las temperaturas nocturnas superiores a los 20 ºC también están asociadas con un aumento en la mortalidad diaria. Esto plantea un doble riesgo, ya que el exceso de calor durante la noche afecta negativamente tanto a la salud como al sueño.
Ana Teijeira, neurofisióloga de la Sociedad Española del Sueño, señala que las noches tropicales o tórridas representan un desafío para conciliar un sueño de calidad, ya que las temperaturas óptimas oscilan entre los 18 y los 21 ºC. Este verano, algunas zonas de España han experimentado mínimas nocturnas cercanas a los 30 ºC, lo que agrava aún más el problema.
A corto plazo, las consecuencias de dormir mal debido al calor extremo incluyen cansancio, somnolencia, irritabilidad, problemas de concentración y bajo rendimiento laboral. Sin embargo, a largo plazo, la falta de sueño adecuado puede tener graves consecuencias en la salud, como alteraciones hormonales, sistema inmunológico debilitado y presión arterial elevada, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
Es importante destacar que la falta de sueño provocada por los días y semanas de temperaturas mínimas nocturnas tan elevadas no se puede compensar una vez que las temperaturas disminuyan. Por lo tanto, es esencial tomar las medidas necesarias para combatir los efectos del calor en el sueño y proteger la salud a largo plazo.