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Claves para el diagnóstico del Trastorno Dismórfico Corporal en el DSM-5

**El trastorno dismórfico corporal: Una mirada profunda al malestar con la apariencia física**

*El deseo de comprender el trastorno dismórfico corporal y sus implicaciones*

El trastorno dismórfico corporal (TDC) es un trastorno de la imagen corporal que se caracteriza por una obsesiva preocupación por defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico. Esta condición puede afectar profundamente la calidad de vida y el bienestar emocional de quienes lo experimentan.

**Explorando en detalle el trastorno dismórfico corporal**

El trastorno dismórfico corporal se define por una intensa y excesiva preocupación por uno o más defectos o imperfecciones que la persona percibe en su apariencia física. Estas preocupaciones suelen ser desproporcionadas y no son observables o relevantes para otras personas. Estas percepciones distorsionadas pueden afectar negativamente la autoestima y calidad de vida de los individuos que padecen este trastorno.

Para diagnosticar el trastorno dismórfico corporal, se deben cumplir los siguientes criterios según el DSM-5:

1. Preocupación por defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico, que no son relevantes para otras personas.
2. Realización de comportamientos o actos mentales repetitivos en respuesta a la preocupación por la apariencia física.
3. Causa de malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas importantes del funcionamiento.
4. La preocupación no es debido a la inquietud acerca del peso corporal en un trastorno de la conducta alimentaria.

Es vital tener en cuenta que el trastorno dismórfico corporal es distinto al trastorno depresivo mayor y a los trastornos de ansiedad, aunque puede haber comorbilidad entre ellos.

**Aspectos específicos y subtipos del trastorno dismórfico corporal**

El DSM-5 también incluye especificadores y subtipos para el trastorno dismórfico corporal, con el fin de comprender mejor su amplia variabilidad. Algunos de ellos son:

1. Dismorfia muscular: Se aplica este especificador cuando el sujeto está principalmente preocupado por tener una estructura corporal pequeña o poco musculosa, aunque también puede tener inquietudes sobre otras áreas del cuerpo. Este subtipo es más común en hombres.
2. Grado de introspección sobre las creencias: Este especificador se refiere a la conciencia del sujeto sobre sus creencias asociadas al trastorno dismórfico corporal. Puede variar desde tener una buena o aceptable introspección, donde la persona reconoce que sus creencias pueden no ser ciertas, hasta una falta total de introspección o creencias delirantes, donde el sujeto está completamente convencido de que sus creencias son verdaderas.

**Cambios significativos introducidos por el DSM-5**

En su última edición, el DSM hizo cambios importantes en la conceptualización del trastorno dismórfico corporal, con el objetivo de lograr un diagnóstico más preciso. Algunos de los cambios más destacados son:

1. Cambio de nombre: Se modificó el nombre a «trastorno dismórfico corporal» en lugar de «dismorfia corporal», para reflejar de manera más precisa que se trata de un trastorno mental real y no solo una insatisfacción con la apariencia física.
2. Requisito de deterioro clínico significativo: Ahora se exige que la preocupación por el defecto percibido cause un deterioro clínico significativo, a diferencia del DSM-IV que no tenía esta exigencia.
3. Enfoque en los comportamientos: Se pone más énfasis en los comportamientos asociados al trastorno, como cirugías excesivas, uso excesivo de cosméticos y evitación de situaciones sociales.

**Prevalencia y desarrollo del trastorno dismórfico corporal**

La prevalencia del trastorno dismórfico corporal varía en diferentes poblaciones. En Estados Unidos, se estima que afecta al 2,4% de la población general, siendo ligeramente más común en mujeres. Fuera de Estados Unidos, la prevalencia se sitúa alrededor del 1,7-1,8%, con una distribución de género similar.

Este trastorno suele tener un inicio temprano, con una edad promedio de inicio entre los 16 y 17 años. Los síntomas subclínicos suelen presentarse a los 12 o 13 años y pueden evolucionar gradualmente hacia el trastorno completo. Por lo general, el trastorno dismórfico corporal tiene una tendencia crónica, aunque puede mejorarse con el tratamiento adecuado.

**Abordaje y tratamiento del trastorno dismórfico corporal**

El tratamiento del trastorno dismórfico corporal suele incluir terapia cognitivo-conductual, medicación y apoyo psicosocial. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser efectiva en el manejo de los síntomas y en la mejora del funcionamiento psicosocial.

Es común que las personas con trastorno dismórfico corporal también presenten características asociadas, como ideas delirantes de referencia, niveles altos de ansiedad, ansiedad social, perfeccionismo, baja autoestima y depresión. Estas características pueden influir en el diagnóstico y el tratamiento posterior.

La terapia cognitivo-conductual se enfoca en ayudar a los individuos a desafiar y cambiar los pensamientos distorsionados sobre su apariencia física. Esto puede incluir técnicas como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual a situaciones temidas y el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables. Además, la medicación, como los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS), puede ser útil para tratar síntomas asociados como ansiedad y depresión.

Es esencial tener en cuenta que el tratamiento del trastorno dismórfico corporal puede ser un proceso prolongado y requiere un enfoque multidisciplinario. La colaboración entre terapeutas, médicos y otros profesionales de la salud es fundamental para brindar un tratamiento integral y efectivo.

**Impacto en el funcionamiento y la calidad de vida**

El trastorno dismórfico corporal puede tener un impacto significativo en el funcionamiento diario y la calidad de vida de quienes lo padecen. Las preocupaciones obsesivas por la apariencia física pueden interferir con las relaciones personales, el rendimiento académico o laboral y la participación en actividades sociales. Además, el malestar emocional y la baja autoestima asociados con el trastorno pueden llevar a la depresión, la ansiedad y la evitación de

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