La rosa Abraham Darby es un cultivar precioso y fragante de David Austin Roses que se introdujo en el año mil novecientos ochenta y cinco. Cuenta con grandes flores dobles de color albaricoque y cultivarse como arbusto o adiestrarse como planta trepadora. Su nombre procede de Darby Abraham, quien desempeñó un papel esencial en la revolución industrial.
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Peculiaridades de la rosa Abraham Darby
Esta planta puede llegar a medrar hasta ciento cincuenta cm de ancho y alto, pudiendo lograr hasta los trescientos cm de altura. Las flores de la rosa Abraham Darby son dobles, grandes y realmente bien formadas con un enorme aroma dulce y afrutado y un hermoso color albaricoque con detalles dorados en el centro.
Como la enorme mayoría de las rosas, la Abraham Darby, prospera en condiciones apropiadas y precisa un tanto de cuidado auxiliar a fin de que se sostenga saludable y genere flores.
De qué manera cultivar una rosa Darby Abraham
Para plantar la rosa Darby elige un sitio en donde le dé el sol pleno y cava un hoyo un par de veces más ancho que el cepellón. Espolvorea el hoyo con harina de huesos una vez excavado y llena con agua. Espera a que se hunda la tierra, retira la rosa de la maceta y sacude un tanto a fin de que las raíces se liberen.
Planta la rosa en el hoyo cavado y usa una combinación del suelo original cavado y un tanto de compost y suelo fresco. Riega hasta el momento en que se establezca.
El instante ideal para plantar la rosa Abraham Darby es por la mañana o al final de la tarde o en un día nuboso para reducir el shock del trasplante. Evita los días exageradamente calurosos.
Caso de que vayas a plantar una rosa a raíz desnuda, cava un hoyo bien grande y llénalo con una mezcla de compost y tierra original a fin de que las raíces medren bien.

Cuidados de la rosa Darby Abraham y poda
Esta rosa como cualquier otra requiere sol pleno para florecer. Elige un sitio donde reciba por lo menos seis horas de luz solar directa. Si no recibe la cantidad precisa de luz, la planta va a quedar susceptible a enfermedades como la roya y el mildiu.
Proporciónale un suelo rico y arcilloso a la rosa que tenga bien drenaje y no dejes que el agua se asiente en las raíces. Al plantar una rosa nueva, lo mejor va a ser corregir la tierra con una mezcla de compost y de jardín ligera y esponjosa.
Por otra parte, las rosas asimismo prefieren los suelos ácidos, entre seis y seis,5. Para conocer el pH de tu suelo, puedes adquirir un kit de prueba de pH. Caso de que tu suelo sea demasiado alcalino, añade turba de esfagno o sulfato de aluminio; al paso que, si el suelo es demasiado ácido, deberás añadir un producto que contenga sal.
Si todo esto suena demasiado complicado, deja de preocuparte, salvo que la rosa muestre signos de complicar. Por norma general, la mayor parte de los suelos van a estar bien para este género de rosa.
Las rosas recién plantadas requerirán más agua que las establecidas, así que la primera temporada, bríndale agua auxiliar a fin de que las raíces consigan extenderse y lograr el agua.
El mantillo retendrá el agua en vez de escurrirla. Esto es bueno para las rosas nuevas. También, es buena forma de resguardar a las rosas que se plantan en tiempos fríos.

Por su lado, es preciso fertilizarlas a fin de que generen una enorme profusión de flores. Agrega fertilizante de rosas especializado a fines del otoño o principios de la primavera.
La poda es clave para el éxito de esta pluralidad que florecerá únicamente el primer año de desarrollo. Poda a inicios de la primavera con tijeras de podar limpias y afiladas y unos zapatos. Retira la madera fallecida y las ramas delgadas y enclenques. Concéntrate en sostener únicamente la madera sólida y saludable que puedan aguantar las flores.