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La sublimación como mecanismo de defensa

La sublimación es uno de los mecanismos de defensa conceptualizados por el padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud. Es una estrategia que por norma general las personas usamos para encauzar impulsos en nuestra cotidianidad. Probablemente lo apliques en tu día a día, solo que sin apreciarlo.

En el artículo te vamos a contar qué es la sublimación, qué implica y vamos a dar asimismo ciertos ejemplos de su utilidad. Si deseas saber a qué nos referimos cuando charlamos de “sublimar pulsiones” entonces prosigue leyendo.

En este artículo charlamos de:

¿A qué se conoce como sublimación en Sicología?

Cuando en el campo de la Sicología nos referimos a la sublimación, se hace referencia a la acción de encauzar, filtrar, o desviar impulsos o instintos (pulsiones) que no son socialmente admisibles, dándoles otro uso bien visto en sociedad. Así definida, las cosas podrían resultar un tanto confusas, no obstante, todos nosotros en nuestra vida diaria recurrimos a la sublimación.

Ahora bien, puedes estar preguntándote qué situaciones no socialmente admitidas podrían llevar a una persona a recurrir a sublimar sus impulsos. Puesto que bien, se trata sobre todo de pulsiones sexuales o beligerantes. Como es natural, cada cultura maneja sus reglas y puede ocurrir que aquello que es bien considerado en un círculo social no lo sea en otro.

Por tanto, qué impulsos cara ciertas conductas habrán de ser sublimados va a depender del circulo social y ambiente cultural en que una persona esté introduce. De todas y cada una maneras, despreocúpate, más adelante vamos a dar ciertos ejemplos a fin de que puedas entender qué implica este mecanismo tan común de defensa y su relevancia.

Orígenes del término

Si has leído atentamente, habrás sentido que, entre la definición de sublimación hemos incluyendo el término pulsión:

“(…) hace referencia a la acción de encauzar, filtrar, o desviar impulsos o instintos (pulsiones) que no son socialmente admisibles, dándoles otro uso bien visto en sociedad.”

Un término como este, sin duda, remite a la obra de Sigmund Freud: El Psicoanálisis. Ahora, ¿de qué forma va a haber llegado Freud a la necesidad de conceptuar la sublimación? De eso vamos a hablar ahora.

El neurólogo padre del Psicoanálisis, llegó a la conceptualización de la sublimación como uno de los posibles destinos de una pulsión. Las pulsiones, como tal vez vas a saber, implican un empuje o impulso provocado por energía emergente de una zona erógena que tiene como propósito lograr una meta en un objeto determinado. La meta, evidentemente, implica la descarga de la tensión que produce el impulso, alcanzando el coherente placer de la liberación.

Ahora bien, no todas y cada una de las metas de una pulsión pueden ser conseguidas sin consecuencias, y estas consecuencias están determinadas por la vida en sociedad y las reglamentaciones que esta implica. Así, el propósito al que aspira una pulsión no siempre y en toda circunstancia puede ser en concreto alcanzado, y eso implica que la persona ahora va a deber localizar de qué forma filtrar aquella energía emergente que no cesa y produce malestar.

Ahí es cuando los destinos de pulsiones alternativos surgen, siendo la sublimación uno de ellos. Así, la sublimación es el acto de reorientar o dar otra finalidad a la energía sexual o violenta orientada cara objetos, como permitir una descarga y, al tiempo, no trasgredir las reglas de la sociedad.

La sublimación como mecanismo de defensa

Realmente bien, bien sabes qué es la sublimación, qué implica y de dónde procede el término. Ahora vamos a ver de qué forma la sublimación implica un acto de defensa cara el , puesto que se trata de uno de los tantos mecanismos de defensa conceptualizados por Sigmund Freud.

Como ya se ha explicado, es preciso eliminar ciertas conductas para poder vivir acorde a las reglas sociales de un ambiente determinado. No obstante, el proceso de opresión no está exento de consecuencias, y la continua opresión de impulsos puede ser sumamente perjudicial.

De ahí el término de sublimación como un mecanismo de defensa, como una opción alternativa de descarga a aquella energía que busca ser aplicada mas que, de hacerlo, no sería socialmente bien visto. Protegiendo la salud psíquica de la persona víctima de sus impulsos.

Ejemplos rutinarios de sublimación

Conceptualizado el término y descrita su función, ahora te afirmaremos en qué situaciones por norma general sublimamos ciertos impulsos, sustituyendo su vía de descarga por otra socialmente admitida. Así vas a poder hacerte une mejor idea de sus primordiales usos.

El arte

Sigmund Freud reconoció en su obra que el arte es capaz de darle al individuo satisfacción, consiguiendo el bienestar suficiente para saciar el apetito de sus pulsiones. En el arte, las personas podemos localizar una vía para expresar nuestros más profundos deSeos e impulsos, de forma canalizada y consiguiendo satisfacción al incorporarlo.

El estudio

Estudiar es una actividad que implica la puesta en marcha de todos nuestros sentidos para enfocarnos en una labor demandante de concentración plena. Esto es, en términos psicoanalíticos, precisa de altas cantidades de energía. Es por esta razón que estudiar es una de las formas en que una persona puede descargar de otra forma sus pulsiones, depositando la energía que les toca en una actividad diferente.

El deporte

La práctica de un deporte puede ser de máxima utilidad, sobre todo para las personas que precisan de la descarga de impulsos violentos. Practicar un deporte implica una estrategia específica de descarga de energía, libera agobio y moviliza la liberación de endorfinas. La práctica de actividades deportivas acarrea satisfacción y, en consecuencia, la liberación de energía pulsional.

Actividades que demandan atención y precisión

Tal y como el estudio, actividades demandantes de atención y precisión, son una forma más de desviar energía pulsional. Por servirnos de un ejemplo, al efectuar crucigramas, armar sudokus, formar rompecabezas, estamos depositando energías en la exclusiva realización de una actividad demandante. Y, entre la energía depositada en ella, se halla la energía de nuestras pulsiones pendiente de descarga.

Como vas a ver, seguro asimismo recurres a la sublimación como una estrategia de descarga pulsional admitida socialmente. Es normal y es preciso hacerlo, para poder preservar nuestro bienestar psíquico, ¿se te ocurre de qué forma sublimas tus pulsiones? ¡Aguardamos que este artículo te haya sido útil para descubrirlo!

Recursos bibliográficos:

  • Freud, A., & Carcamo, C. E. (mil novecientos sesenta y uno). El y los mecanismos de defensa (Vol. tres). Barcelona: Paidós.
  • FreuD, S. (mil novecientos noventa y dos). La opresión, lo inconsciente. Obras completas, catorce, mil novecientos catorce-dieciseis.
  • Palacios, L. (dos mil siete). Sublimación, arte y educación en la obra de Freud. Gaceta intercontinental de sicología y educación, 9(dos), trece-veinticuatro.
  • Vels, A. (mil novecientos noventa). Los mecanismos de defensa bajo el punto de vista psicoanalítico. Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de España. Bol, seis, 1-once.

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