A todos nos gusta tener una piscina en casa, pero en muchas ocasiones nos echamos atrás cuando nos damos cuenta de la magnitud de la obra y del tiempo que se tarda, momento en que pensamos que es mejor evitarnos las molestias.
En estos casos la solución son las piscinas de poliéster, como las que podemos adquirir en iteapool, en donde tienen modelos destinados a todas las necesidades, incluso para los espacios pequeños como la Lanzarote 3.
Se instalan a ras del suelo
Hay muchas alternativas a las piscinas tradicionales, pero en la mayoría de ellas el vaso queda elevado sobre el suelo y quitando espacio en el jardín, además de que no es lo más estético por no hablar de que las paredes de la piscina están muy expuestas.
Una buena parte de la popularidad de los modelos de piscinas de poliéster como el Canarias se debe a que quedan a ras de suelo, al igual que si hubiésemos llamado a unos especialistas con el fin de que nos construyeran una.
La estética del jardín gana mucho y no se distinguen de las piscinas de ladrillos hasta que no nos acercamos y miramos con detenimiento.
Se pueden dejar funcionando en uno o dos días
Por fuera una piscina como la Marina 2 es muy similar a la de obra, pero su instalación no tiene nada que ver, pues se tardan un par de días a lo sumo.
Lo más complejo es realizar el agujero, sobre el cual se pone y luego se tapa, haciendo las conexiones del agua, electricidad y también de la depuradora, quedando todo listo en un tiempo récord y sin apenas molestias.
Es cierto que hay que remover tierra, pero luego se emplea a la hora de afianzar la piscina de poliéster, de forma que una vez que se termina la instalación parece que por allí no ha pasado nadie.
Se venden con varios niveles de profundidad
Existen muchos tipos de piscinas de este compuesto y algunas de ellas vienen con varias profundidades, al igual que las tradicionales, en las que hay más en el centro y menos en los extremos.
De este modo, es muy complicado saber en qué tipo de piscina nos estamos bañando, puesto que las de poliéster ya nos aportan todas las ventajas de las que se hacen con ladrillo y cemento.
Sin riesgo de cortes y fáciles de limpiar
Si vemos una piscina de poliéster sin agua enseguida nos damos cuenta de que es un monocasco sin grietas ni uniones de ningún tipo, algo que tiene muchas ventajas a la hora de usarla.
Al no existir juntas, la suciedad no se puede meter en ellas y la limpieza se hace más sencilla, pues solo hay que pasar alguna esponja con el fin de frotar las paredes y el suelo.
Esta ausencia de uniones también evita los cortes que provocan los azulejos de las piscinas de obra, los cuales se deben a pequeñas aristas y a que en esos momentos tenemos la piel reblandecida por el agua.