No cabe duda que la creciente popularidad de Wordle, el juego de adivinar palabras que se ha vuelto viral a lo largo del comienzo del actual año, es un fenómeno ya indiscutible.
No obstante, la aplicación de Josh Wardle, se centra en sostener el juego lo más simple y alcanzable posible, basándose de forma íntegra en una aplicación web libre para dispositivos móviles, ordenadores, o bien cualquier dispositivo con el acceso a un navegador. Y es que en verdad, Wordle no tiene ningún género de publicidad ni métodos de pago libres, presentándose bajo un empleo cien por ciento gratis y sin beneficios.
Desgraciadamente, como acostumbra a acontecer con todas y cada una de las fórmulas de éxito, no tardamos en empezar a ver miles y miles de copias no oficiales que tratan de aprovechar esta popularidad para hacer caja en las tiendas de aplicaciones para móviles. Si bien lo raro es que no han sido estas, sino más bien una aplicación de hace 5 años, la que ha conseguido hacerse con miles y miles de dólares americanos por accidente.
Y es que bajo el nombre de Wordle! (precisamente idéntico mas con este símbolo de exclamación), Steven Cravotta, diseñador de esta aplicación, descubrió la semana pasada que su aplicación se había vuelto viral, amontonando más de doscientos descargas en apenas una semana, llegando aun a ocupar el número 1 en la tienda de aplicaciones de Apple a nivel del mundo.
Así, aparte de su contenido, con un estilo de juego levemente diferente, la una gran diferencia entre Wordle y Wordle! es que la segunda aplicación sí ha sido planteada para hacer dinero, con la presencia de publicidad e inclusive la posibilidad de efectuar compras en la aplicación, lo que le ha acabado otorgándole al desarrollador una esencial suma de ingresos.
No obstante, la historia vuelve a dar un giro: en vez de aprovechar su casual, mas del mismo modo lícito éxito y beneficio, pudiendo haberse enriquecido con las ganancias de aplicación, Cravotta decidió ponerse en contacto con Wardle para buscar una causa del agrado de los dos, y donar todo el dinero logrado.
Como explicaba explican los 2 protagonistas del acontencimiento en sus redes sociales, Wardle aseguró en Twitter que “Steve Cravotta me contactó de manera espontánea y me preguntó sobre la donación de las ganancias”, al tiempo que el propio Cravotta se explicaba declarando «¡Creí que podíamos coger este escenario, único en la vida, y transformarlo en algo increíble!«.
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— Steven (@StevenCravotta) January doce, dos mil veintidos
Como resultado, los 2 desarrolladores se decidieron por Boost, un programa de tutorías y ayudas al estudio para jóvenes que opera en West Oakland, USA. Indudablemente una noble causa que nos prueba, a pesar de las múltiples desgracias del día tras día, la naturaleza benevolente del hombre.
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